La Sentinella es una concreción tan fascinante como frágil, y representa la milenaria delicadeza del mundo subterráneo, así como la importancia de su protección para fomentar su conocimiento, especialmente fuera de la comunidad espeleológica. Por esta razón, después de un largo proceso, se desarrolló un proyecto para realizar primero un levantamiento tridimensional y luego su procesamiento para la impresión en resina de un modelo que la representara.
Gracias a la colaboración fundamental de Daniele Pagli y Paolo Billeri del Gruppo Speleologico Torrentistico Speolo di Fucecchio FI, se realizaron varias pruebas preliminares para encontrar la mejor solución a las dificultades técnicas del proyecto. La mayor complicación era el transporte del equipo necesario hasta el sitio, el perfeccionamiento de la técnica a utilizar y, por supuesto, los costos económicos.
Ante todas estas incertidumbres, se optó por la técnica de fotogrametría, utilizando cámaras y teléfonos inteligentes para capturar varias series de imágenes que luego se procesarían con software y una aplicación específica. Las pruebas en casa solo dieron resultados parcialmente satisfactorios: las simulaciones demostraron que era necesario contar con «marcadores» precisos para mejorar la resolución de los detalles de la imagen tridimensional. Esto era especialmente importante en condiciones de iluminación insuficiente y en superficies con detalles muy pequeños. En circunstancias normales, este problema se habría solucionado fácilmente, pero en un entorno tan particular como este, se convertía en un desafío enorme. ¡Cubrir la Sentinella con adhesivos no era una opción!
Había que encontrar una solución, y fue en ese momento cuando Daniele tuvo una verdadera iluminación: «¿Por qué no probamos con punteros láser?» ¡Bingo! Una solución práctica, económica y eficaz que, al mismo tiempo, garantizaba la seguridad de la Sentinella. Tres punteros láser con una rejilla de puntos, colocados estratégicamente sobre trípodes alrededor del objeto, generarían una red de puntos de referencia fijos en las fotografías, proporcionando así una precisión en los detalles del modelo más que aceptable.
Todo estaba listo: el método había sido perfeccionado y solo quedaba aplicarlo. A principios de marzo, en el día X, un equipo formado por Daniele, Paolino, Pallina (Sandra) y Nedo (Luca) se preparó para enfrentar la «Risalita dei Lucchesi», cargados de equipo, voluntad y esperanza en el éxito de la misión. Al llegar a la cima, obedecieron el cartel: «ATENCIÓN: estás entrando en una zona extremadamente delicada, olvida que eres humano», dejando atrás cualquier equipo que pudiera dañar el entorno y comenzando a montar el «set». Lo que vieron fue impresionante: un efecto digno del mejor espectáculo psicodélico, con la cuadrícula de puntos verdes iluminando la cueva. Apagar todas las demás luces amplificó el espectáculo, y, para colmo, el vapor que exhalaban tras la subida creó efectos similares a «rayos fotónicos»